5G tiene todo lo que se le puede pedir a la evolución actual de nuestras redes. De acuerdo al consorcio Next Generation Mobile Networks -una organización formada por operadoras, fabricantes y otras compañías interesadas en el desarrollo de la nueva infraestructura- será capaz de proporcionar velocidades de varios megabits por segundo (mbps) de descarga de forma simultánea a decenas miles de usuarios que usen un mismo conjunto de antenas, una velocidad que en condiciones ideales y áreas urbanas podría llegar a superar los Gbps (gigabit por segundo) y, para ciertos casos concretos, incluso rozar los 20 Gbps.

A la mayor velocidad se sumará también una menor latencia -el tiempo que tardan los datos en viajar hasta su destino-. Esto es importante porque muchas aplicaciones, como videojuegos, telemedicina, realidad virtual o el control remoto de dispositivos requieren una latencia muy baja para ser efectivas, mucho menor que la que hoy en día ofrecen las redes LTE, también conocidas como de cuarta generación y que son las que solemos utilizar en la mayoría de los casos.

Por último, estas redes también acabarán con la dependencia de una estructura jerárquica de conexión. Dos dispositivos serán capaces de intercambiar información entre sí sin tener que enviarla a través de una antena. Esto es importante, por ejemplo, para el desarrollo de vehículos autónomos, ya que permitirá que los diferentes coches inteligentes que circulen por una vía hablen entre sí mejorando la seguridad y las condiciones de circulación.

Hasta noviembre de este año no habrá un documento oficial que explique que debe ser el 5G, qué protocolos y desarrollos concretos debe usar o incluso en qué frecuencias debe operar.

Lo que están haciendo fabricantes y operadoras, ahora, es proponer diferentes alternativas de implementación. La razón es que, de ser integradas en el documento final, tendrán una enorme ventaja o el control de ciertas patentes clave para el desarrollo de la tecnología en los próximos años. Hay un enorme mercado a punto de empezar a rodar y espacio para muchos actores pero, como es natural, todos quieren tener la mayor representación posible en la solución que finalmente se acuerde como estándar.

Es en estas ocasiones cuando compañías que tradicionalmente no están presentes en ciertos mercados pueden dar un salto y desarrollar una nueva vía de negocio. De ahí que muchas marcas asiáticas estén aprovechando para posicionarse como proveedores de equipo 5G.

Durante la Mobile World Congress de Barcelona, Telefónica mostró algunas de las aplicaciones que serán posibles con las nuevas redes. Junto a Ericsson, desarrolló una prueba piloto de conducción remota que permitía controlar un vehículo situado a 70 kilómetros de distancia como si se estuviera al volante.

Asegura Rob Topol que «podremos ver las primeras pruebas comerciales significativas en el año 2020».

Toca esperar, pero no habrá que conformarse con el estado actual de las cosas. La tecnología LTE continuará avanzando en paralelo y durante los próximos años podrá «estirarse» para permitir mayores velocidades de descarga o algo menos de latencia. No será 5G pero sí un buen aperitivo.

Fuente: Jiménez De Luis, Ángel.